La experiencia de mi compañera es y será similar a otras tantas que aportan valiosas estrategias y da esperanza a las personas con autismo como así también a sus familiares. Temple Grandin es un ejemplo de que si se reciben las ayudas adecuadas se pueden desarrollar habilidades que contribuyan a una mejor calidad de vida.
Grandin fue diagnosticada con síndrome de asperger a los tres años, y hoy a los 62 es una exitosa empresaria que se dedica al diseño de mataderos. Se doctoro en ciencia animal en la universidad de Illinois, es profesora de comportamiento animal en psicología en la universidad de colorado y escritora.
Durante su infancia dos de sus grandes inconvenientes y sobre los cuales tuvo que trabajar arduamente fueron la imposibilidad de hablar y sus problemas sensoriales.
A los 16 años, estando en la granja de su tío, observo atónita como los animales atravesaban por dos placas metálicas que las comprimían para relajarlas y se propuso diseñar lo mismo para ella, con la intención de relajar sus nervios y proporcionarle un reconfortante sentimiento de ser sostenida.
La maquina de los abrazos, como la denominó, le proporcionó el estímulo táctil que tanto necesitaba y le ayudo a comenzar a tener cierta empatía para con los demás.
En su libro Atravesando las puertas del autismo, una lectura que no se puede evitar, y que recomiendo, describe su doloroso aislamiento creciendo “diferente” y su descubrimiento de los símbolos visuales para interpretar.
Atravesando las puertas del autismo también da información pero desde adentro del autismo, incluye los tratamientos, los medicamentos y el diagnóstico, y escribe la manera en que su mente visual trabaja, y cómo hizo su primera conexión entre su impedimento y el temperamento animal, la que es la base de su extraordinario regalo y fenomenal éxito.
Grandin fue diagnosticada con síndrome de asperger a los tres años, y hoy a los 62 es una exitosa empresaria que se dedica al diseño de mataderos. Se doctoro en ciencia animal en la universidad de Illinois, es profesora de comportamiento animal en psicología en la universidad de colorado y escritora.
Durante su infancia dos de sus grandes inconvenientes y sobre los cuales tuvo que trabajar arduamente fueron la imposibilidad de hablar y sus problemas sensoriales.
A los 16 años, estando en la granja de su tío, observo atónita como los animales atravesaban por dos placas metálicas que las comprimían para relajarlas y se propuso diseñar lo mismo para ella, con la intención de relajar sus nervios y proporcionarle un reconfortante sentimiento de ser sostenida.
La maquina de los abrazos, como la denominó, le proporcionó el estímulo táctil que tanto necesitaba y le ayudo a comenzar a tener cierta empatía para con los demás.
En su libro Atravesando las puertas del autismo, una lectura que no se puede evitar, y que recomiendo, describe su doloroso aislamiento creciendo “diferente” y su descubrimiento de los símbolos visuales para interpretar.
Atravesando las puertas del autismo también da información pero desde adentro del autismo, incluye los tratamientos, los medicamentos y el diagnóstico, y escribe la manera en que su mente visual trabaja, y cómo hizo su primera conexión entre su impedimento y el temperamento animal, la que es la base de su extraordinario regalo y fenomenal éxito.
Una historia sorprendente, que no me dejó sacar la vista de la pantalla hasta el final de la nota. Es un ejemplo de vida, de superación y sobre todo de Fortaleza frente a su disgnóstico.
ResponderEliminarAdriana otro de los libros dignos de leer es la historia de Catherine Mauricio, una madre que lucho por sacar a sus dos hijos diagnosticados con autismo adelante, ¡ojalá lo leas! esta en la web.
ResponderEliminarBuenísimo el dato!, me voy a poner a buscarlo, gracias!.
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