viernes, 9 de octubre de 2009

RECORRIENDO LA WEB


“CAMINANTE NO HAY CAMINO, SE HACE CAMINO AL ANDAR”.

Corría el año 2003, cuando la palabra autismo confrontó mi ignorancia, por aquel entonces era escasa, por no decir nula lo que conocía sobre él, sin embargo, de a poquito golpeaba cada vez mas fuerte la necesidad de informarme, y ustedes seguramente se preguntarán ¿por qué?. Cuando al hijo de mi compañera y amiga lo diagnosticaron con un trastorno generalizado del desarrollo, trascurrieron algunos años, hasta encontrar el tratamiento psicoeducativo que abarcara todas las áreas alteradas y que no sirviera únicamente para contenerlo sino para avanzar a una mejor calidad de vida. A partir de su diagnostico, comenzó la travesía ... ¿Cual será el mejor tratamiento?.Y la respuesta a este gran interroganteno tardó en llegar luego de muchas experiencias.
El mejor tratamiento debe ser intenso e iniciarse preferentemente de forma temprana; implica trabajar uno a uno con el niño y favorecer sus habilidades alteradas: comunicación, socialización, simbolización, flexibilidad y contenidos preacadémicas, a través de métodos, programas y estrategias como por ejemplo: Floor Time (tiempo de juego en el piso), Teacch (estructuracion del ambiente), Pecs ( sistema de comunicacion por intercambio de imagenes), Habla Signada (produccion de habla y signos en forma simultanea), modificacion de conducta y la participacion activa de los padres.El desafío de mi compañera era ENORME, sin embargo las fuerzas, dedicación y ganas de aprender, le sobraban.

VERANO DEL 2006

Faltaban algunos meses todavía para que Braian (nombre ficticio a modo ilustrativo para preservar la identidad del niño) iniciara el primer año del ciclo lectivo 2006, sin embargo el calor del verano, apresuró mi inicio como su terapeuta. Braian necesitaba que le anticipen no solo contenidos académicos, sino también, lo inherente a su trastorno: comunicación, anticipación y flexibilidad, habilidades sociales y teoría mentalista, que se define como la incapacidad para tener en cuenta el estado mental de los otros, es por ello que, se trabajo con ejercicios del tipo ¿Dónde buscará Sally su canica? que no es nada mas y nada menos que ponerse en la mente del otro, en este caso de Sally y poder inferir que una vez que entra a la habitación para buscar la canica irá al mismo lugar que la dejó, sin embargo la respuesta de los niños autistas suele ser “Sally buscará la canica en la caja por el simple hecho de haberlo visto.Para ello, se comenzó a trabajar con una agenda que le permitiera anticipar y comprender lo que estaba haciendo durante las sesiones terapéuticas. Las agendas son registros graficas o escritos de las secuencias diarias de las actividades que realiza, tienen un efecto positivo en la tranquilidad y el bienestar de los niños autistas ya que favorecen su motivación para el aprendizaje y contribuyen a dar orden a su mundo.El trabajo con Braian marchaba bien hasta que, la imposibilidad de hacer lo que deseaba sin estar pautado en su agenda o ante el mínimo cambio en su entorno, le provocaba conductas desafiantes que dificultaban su enseñanza aprendizaje, no obstante, se aplicaron refuerzos primarios con la intención de que se inhiban las conductas desafiantes y aprenda conductas adaptativas a su entorno.Los refuerzos son cualquier cosa que al niño le agrade y que sea suficiente para captar su atención y se obtenga de él la respuesta esperada por el terapeuta. Algunos de los utilizados fueron golosinas, juguetes, actividades recreacionales como así también elogios y halagos.